jueves, 31 de enero de 2008

Las Estadísticas están aquí

Las estadísticas están aquí. Aunque no se vean, también están ahí. Animan todo. Si algo debe hacerse razonable y justificadamente, se recurre a ellas. La realidad es vertebrada por índices, cuadros y gráficos.

¿Cómo llegaron hasta nosotros? Según la historia oficial su aparición es el resultado de una larga marcha en busca de la verdad. Así, junto con el azar que las fertiliza, han servido de poderoso instrumento en el desarrollo de la ciencia. Pero esa no es toda la historia.

En esta obra se registran las tensiones y los conflictos, sociales y del pensamiento, que tienen como argumentos los datos estadísticos. Patrocinantes, gente del oficio, proveedores, son los actores en este drama moderno que gira en torno de temas como el arte de preguntar, la “revelación estadística”, la generalización de la parte al todo, la relación causa-efecto y la complejidad, entre otros juegos de un lenguaje rico y poderoso.

La estadística ha sido el recurso que la naturaleza humana ha usado desde siempre, en forma silenciosa, para sacar provecho de la memoria y de la experiencia en un permanente proceso de adaptación y competencia.

Surge entonces la pregunta: ¿hay que temerles a las estadísticas? ¿O hay que negarlas? ¿Y perder en consecuencia una de nuestras mayores habilidades, que es aprender con la experiencia?

La respuesta es rotundamente no. Las estadísticas son nuestras aliadas. No son resultado de ningún saber hermético. Para comprenderlas y aprovecharlas, solamente es necesario reconocer los pasos de la producción estadística y ver que a través de ellos, es la gente realmente la que da sentido, desde el comienzo hasta el fin, al proceso estadístico y, en última instancia, puede otorgarle crédito a su utilidad. Por obra de argumentaciones convincentes y no de meras demostraciones analíticas.

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